UN DÍA UNA SEÑORA SE MONTÓ SOBRE UNA RANA
Autora: Elisa Ramírez Guerra.
Un día una señora se montó sobre una rana
y con ella saltó hasta un bosque de lana.
Todo era muy suave,
Pero… ¡oh, cielos, una llave!
Buscando por todas partes una puerta,
La señora encontró una ventana abierta.
Se asomó a mirar qué había
Y se vio colgada de una rodaja de sandía.
Trepó hasta el extremo más alto de la fruta,
Donde reinaba una calma absoluta.
Allí se tumbó para echar un sueñecito
Pero no la dejaba dormir el zumbido de un mosquito.
Se fijó en la cara del insecto,
Que tenía un bigote muy recto
Y con él se echó a volar
Sobrevolando en sus alas el mar.
Cayó la señora al rato en una isla desierta;
Y por toda la selva siguió buscando una puerta.
Tropezó de repente con un marciano
Que amablemente estrechó su mano
La mano estrechada con aprecio
se convirtió al punto en un trapecio.
Y en el circo, en medio de la pista
La señora, feliz, actúa de trapecista.
La gente aplaude, y del aplauso brota
Una gigantesca gota
Y un pirata con pata de palo
Que ensaya su cara de malo.